Cum Caesari consuli saepe obsisteret, ille tandem Catonem e curia trahi et in vincula coniici iussit. At Cato, ad carcerem ductus, civibus suadebat ut consuli resisterent. Cum eo procedebant multi senatores; quorum unus non dubitavit Caesari dicere: “Malo esse cum Catone in carcere quam tecum in curia.” Pudore victus, Caesar unum e tribunis misit, ut Catonem liberaret. Postea, Cato bello civili Pompeio adfuit, eoque occiso, reliquas copias in Africam difficili itinere duxit. Cum vero ei summum imperium a militibus offerretur, Scipioni, viro consulari, parere maluit. Scipione victo, Uticam, Africae urbem, petivit, ubi ferro sibi ipse mortem attulit. Caesar, audita Catonis morte, dixit neminem tantam gloriam meruisse: Catonis liberos eorumque fortunas servavit.

Mientras intentaba en repetidas ocasiones bloquear a César, el cónsul, finalmente ordenó que sacaran a Cato del tribunal a rastras y lo metieran en prisión. Pero Catón, al ser llevado a prisión, persuadió a los ciudadanos para que se resistieran al cónsul. Con él fueron muchos senadores; uno de los cuales no dudó en decirle a César: "Prefiero estar con Catón en la cárcel que contigo en el tribunal". César, abrumado por la vergüenza, envió a uno de los tribunos para liberar a Catón. Posteriormente, Cato estuvo presente en la guerra civil de Pompeyo y, tras su muerte, condujo al resto de sus fuerzas a África con un viaje difícil. Pero cuando los soldados le ofrecieron el mando supremo, prefirió obedecer a Escipión, un hombre de rango consular. Después de la derrota de Escipión, fue a Utica, la ciudad de África, donde él mismo le trajo la muerte con una espada de hierro. César, al enterarse de la muerte de Cato, dijo que nadie merecía tanta gloria: salvó a los hijos de Cato y sus fortunas.